viernes, 23 de septiembre de 2016

Entrevista ¿Que es una Supervisiòn clinica psicoanalìtica?



Con motivo de las pròxima "7º Jornada Clìnica entre instituciones psicoanalìticas" solicitamos a los miembros de GEA, organizadores y anfitriòn del evento,  realizar una entrevista que hemos titulado coloquialmente "¿Que es una Supervisiòn Clinica Psicoanalìtica?"
Concientes de que tal vez la pregunta màs pertinente serìa "En que consiste una supervisiòn..." preferimos el titulo que hemos elegido para ralizar la publicaciòn con el objeto de deslizar el "que" de la pregunta inicial hacia "que cosa podrìa ser una supervisiòn clinica" en  cada experiencia y evitar  en cambio la pregunta que interroga sobre una posible consistencia de la misma.
 ¿Que es una supervisiòn clinica psicoanalitica que no consista en ello sino que abra mas alla de si? seria aun mejor. Pero es un titulo muy largo y ya ameritaria que nos pusieramos a escribir un articulo nostros. Espero que lo disfruten y el numero 7 de esta jornada sea tan potente como su numero lo indica.
Queremos destacar que la propuesta de GEA BUCHBNER CARRICA ONETTO  tiene una apertura generosa hacia diversas instituciones psicoanaliticas que participan del llamado a su propuesta. Sino, vean el Flyer que invita a la jornada al final de esta nota. 

Alberto Diaz
Editor del Mensajero Psi
Editorial Molon Labe





Un saludo cordial desde del Mensajero psi para todos los miembros de Gea!



Entrevista exclusiva para del Mensajero Psi 

por


   

¿Qué es la supervisión para Gea?
La supervisión es un encuentro entre analistas para trabajar sobre un material de un paciente. El supervisor, en general, es un profesional de más experiencia clínica que a través de su propio análisis, sus años de formación, ha ido haciendo un proceso de integración de saberes sobre el dolor humano. Dolor que puede ser motivado por otro semejante, su propio cuerpo o un sufrimiento consigo mismo

¿Qué va a buscar el profesional que pide una supervisión?
La herramienta de la supervisión se descubre durante el proceso de formación del psicólogo o médico. Los docentes de sus carreras de grado, ya han presentado este recurso que tanto como el análisis personal y el estudio de la teoría y métodos psicoanalíticos le facilitan el descubrimiento de los orígenes inconscientes de sus conflictos y lo preparan para escuchar las motivaciones inconscientes de los síntomas pudiendo intervenir a partir de esa escucha. El supervisor a través del diálogo con el profesional lo guiará en la lectura de la transferencia y la contratransferencia, fenómenos que  Freud advirtió tempranamente luego del frustrado tratamiento de su paciente Dora.



¿Qué diferencia hay entre la supervisión individual y la grupal?
La supervisión individual tiene puntos de contacto con el análisis personal. Ambos, supervisor y supervisado van creando a lo largo de sucesivos encuentros un modo de diálogo, un tipo de escucha no crítica sino abierta a las asociaciones, de la misma manera que el analista que escucha, asocia y pide asociaciones sobre el material aportado por el paciente. Como el contenido manifiesto de un sueño, el relato del supervisado tiene muchas veces elementos absurdos, disruptivos, angustiosos y gozosos, que resuenan en la escucha experta como también en el propio supervisado al re leer su propio escrito. En Gea pedimos al supervisado que va a iniciar una supervisión que reconstruya lo que sabe de su paciente hasta el momento de la misma. Su historia infantil, el motivo manifiesto de consulta, tratamientos anteriores, las características y composición de su ambiente familiar y su ambiente escolar o de trabajo. Muchas veces llegan psicólogos con preguntas en relación a un primer paciente. Le proponemos que lo escuche , que lo deje hablar, que sea el paciente el que estructura el “campo” de la consulta y que intervenga sólo si se genera un bloqueo de las asociaciones o una situación de angustia, provocada habitualmente por el temor a quedar expuesto en su intimidad ante un desconocido.
Freud comenzó investigando sus propios sueños y descubrió el impacto que había tenido en él la muerte de su padre. Comienza así su “autoanálisis” y tuvo en su amigo Fliess un interlocutor que a veces funcionaba como analista, otras como supervisor. La relación entre el supervisando y el supervisor no está exenta de riesgos por la movilización de afectos, idealizaciones, ambivalencias, rivalidades, que tampoco faltaron en la relación entre Freud y Fliess. También aquí la transferencia puede ser un elemento interviniente favorecedor o entorpecedor del proceso.


 
¿Cómo se trabaja con la contratransferencia en una supervisión?
La contratransferencia es la respuesta en el analista de los estímulos que devienen del encuentro con el paciente. Los analistas que trabajamos con el concepto de transferencia como identificación, regresión y escenificación, somos muy porosos a esos estímulos que se despiertan en nosotros en el mismo instante en que alguien nos dice que nos va a derivar una persona que tiene tal o cual problema: Un conflicto de pareja, un problema con su jefe, un duelo por un muerto querido, una enfermedad orgánica de las llamadas psicosomática por la que su médico le sugirió que visite un analista, una problemática con su identidad sexual, etc. Desde ese primer momento, aún antes de tener la primera entrevista, surgirán en nosotros fantasías, curiosidades, temores que consideraremos parte de la conflictiva subyacente que seguramente se desplegará en nuestro encuentro con el posible paciente. Es decir que todos esos pensamientos y afectos despertados en el analista antes y durante nuestros encuentros con él, son formas de comunicación que nos hablan de quién y cómo puede ser la persona que viene a su primer consulta o que ya está en análisis con nosotros.
En el espacio de la supervisión, la presentación que el analista hace de su paciente al supervisor, estará teñida de los efectos y afectos que se movilizaron durante las sesiones y eso también es un material al que en Gea le damos mucha importancia. El analista que da supervisiones sabe que lo que escucha es el recorte experiencial que el analista hace del material recogido en sus encuentros con el paciente.




Hace años, algunos supervisores nos sugerían grabar las sesiones para tener un material más fidedigno. Hoy sabemos que no es esa la verdad que se busca en un tratamiento. Aún el material grabado, tanto las intervenciones del paciente como las del analista, para la escucha del supervisor, será como un sueño a develar, como asociaciones que como en espiral van dejando al descubierto para la escucha experimentada, el conflicto más profundo, los determinantes que llevaron al paciente a defenderse, derivando la trama del conflicto hacia otra zona de su mente o de su cuerpo, el inconsciente, que le permita estar más alejado del dolor psíquico original. De allí que digamos que el paciente viene a la consulta pero no está muy dispuesto a profundizar sobre lo que lo llevó a enfermar. Ocurre que cuanto más nos acercamos a la trama oculta, como quien pela una cebolla, volverán a surgir las angustias que lo llevaron a la represión y por lo tanto a la enfermedad. Lo que importa es que el analista sí esté dispuesto y capacitado para escuchar todos los idiomas en los que el paciente se expresa (el cuerpo, el acto) y no sólo el lenguaje verbal. En su análisis personal y en la supervisión el analista aprende a profundizar. Salomón Resnik, un querido analista argentino que vive en  París y no es lacaniano, nos decía en las clases que dio en Gea, que analizamos con todos los sentidos.
Lo que trae al paciente a la consulta es el fracaso de sus intentos de autocuración. Esos intentos defensivos han dado lugar a formaciones sustitutivas, a síntomas, que son parches momentáneos que tarde o temprano fracasarán. La comprensión de la transferencia y la contratransferencia nos permite una lectura, de lo que el discurso está entrenado en ocultar.
A la supervisión viene el analista, no el paciente, pero viene el analista tomado por una conflictiva que tiene que ver con el paciente. Por lo tanto, la supervisión es el espacio donde los analistas muestran su vínculo con el paciente, sus intercambios, no sólo sus palabras. Los afectos en la sesión, sus simpatías o antipatías, sus sueños, que una vez develados derivará en alivio y apertura en la mente, levantamiento de la represión, cuyos efectos serán registrados como alivio en los tres involucrados: paciente, analista y supervisor.



¿Ustedes en Gea también trabajan con supervisiones grupales? ¿Cómo se llevan adelante?
La supervisión compartida o grupal, supone una apertura a otras escuchas. Cada miembro del grupo es impactado de manera diversa y está aceptado por los miembros del grupo que participe en los intercambios con el analista que presenta el material, de tal manera que entre todos se van integrando nuevas visiones acerca de las múltiples determinaciones inconscientes que intervienen en la formación de un sueño, un síntoma, un acto fallido. En ocasiones los grupos están constituidos por profesionales amigos que comparten la supervisión.

¿Es obligatoria la supervisión?
Al ser nosotros una institución que se fundó en base al espacio de la supervisión, los profesionales llegan buscando supervisar, compartir con otro eso que viene ocurriendo en su consultorio y que comienza a interrogarlos de distintas maneras.   El camino que Freud propuso, de investigar primero en uno mismo, nos ha llevado primero al análisis personal. A muchos se les despierta allí el deseo de ser analistas, así nacen muchas vocaciones, aplicando en otros el método que  sienten que los benefició, liberándolos de síntomas y ataduras. Este camino es un camino que se vuelve más amigable en la medida que el analista cuenta con una supervisión que lo rescata de los puntos ciegos que le impiden ver debajo del agua. El conflicto que hay que enfrentar, del que hablamos en Psicoanálisis, es el conflicto inconsciente, aquel que no se devela en una simple mirada y que se resiste a ser descubierto.
                                                                                                                Masud Khann

¿Qué cursos dan en Gea, de qué duración, para qué tipo de población?
Gea viene dando cursos, talleres y jornadas. Vimos que el egresado de la carrera de psicología, sale de la facultad con una serie de saberes y con una serie de necesidades. Las carreras de grado representan la primera etapa en la formación de un psicólogo, que sólo en algunos casos se decidirá por la práctica clínica del psicoanálisis. Para estos profesionales Gea brinda seminarios semestrales y anuales de distintos artículos de teoría y técnica psicoanalítica de la obra de S Freud.; Seminarios de niñez, pubertad y adolescencia en que se abordan distintos autores (Freud, M. Klein, D. Winnicott, A. Aberastury, D. Meltzler, Betty Garma, Arnaldo Rascovsky, Susana Lustig, Silvia Bleichmar, Gutton, Nazio entre otros) y un Ateneo Clínico donde se ven casos publicados y también de los propios alumnos. Se trabaja sobre diversos tipos de estrategias de abordaje. También ofrecemos cursos de iniciación de tres a seis meses. Algunos continúan a pedido de los alumnos más allá de ese tiempo.


No hay duda que para las directoras de Gea  la supervisión fue una experiencia muy enriquecedora desde los primeros años de formación. Mediante el análisis y la supervisión nos fuimos convirtiendo en analistas y supervisoras. Vivenciando ambas experiencias en sintonía con la definición que uno de nuestros maestros, Jorge Winocur, nos transmitió sobre la transferencia: como dos remando en un mismo bote.





Gracias GEA BUCHNER CARRICA ONETTO por la generosidad de su propuesta. 
del Mensajero Psi.





No hay comentarios:

Publicar un comentario